Ideé la manera de freírlas rebozadas pero sin necesidad de tener que pasarla por pan rallado -ya que no tenía en ese momento- y el resultado fue mejor del esperado; una masa fácil de hacer y ligera a la hora de freírse.
Para acompañarlas pensé en hacerle alguna salsa para que no estuviera la cena tan sosa y quedó la cosa bastante interesante y sabrosa.
Para los ingredientes necesité:
2 cebollas grandes 3 cucharadas de harina sal
1 huevo 1/2 vaso de leche pimienta molida
Para la salsa:
1/2 cebolla 2 tomates cayena aceite
1/2 pimiento 1 ajo sal perejil picado
Empezaremos preparando la salsa cortando la cebolla, el pimiento, el ajo y el tomate en brunoise -dados pequeños- y los rehogamos en un poco de aceite.
Cuando vayan cogiendo color, le añadiremos un poco de agua, la cayena en trozos y la sal. Dejaremos que hierva todo hasta que la salsa coja un color rojizo típico del tomate.
Una vez terminada, le añadimos el perejil y mezclamos.
Para la "gabardina" de las cebolla echaremos un huevos y la leche en un bol, donde la batiremos hasta que ambas se mezclen. Le añadimos la harina para que ligue con la elaboración anterior.
Cuando hayamos obtenidos una masa homogénea, la salpimentamos y dejamos que repose unos minutos.
Aparte, cortaremos las cebollas en aros de un centímetro más o menos; y una vez cortadas, las pasaremos por la masa.
Las vamos friendo una a una en abundante aceite caliente, y ya están listas para comer ;)
A disfrutar comiendo!
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