Como todo el mundo sabe, la tarta de manzana llega a ser una de las tartas más populares y conocidas a nivel internacional; tanto por su agradable y rico sabor, como por su facilidad a la hora de hacerla.
Muchos países se la atribuyen como suya, ya que fue elaborada por primera vez en países europeos donde les gustaba mucho elaborar tartas con relleno y donde las manzanas prevalecían a otras frutas; como es el caso de Inglaterra, Escocia o Francia.
Lo mejor de esta tarta, es su flexibilidad a la hora de elaborarse, ya que puede realizarse de decenas de formas que siempre terminan por agradar los paladares más sofisticados. Las más conocidas serian las famosas Tarte Tatin, Apple Pie, strudel o puding. En este caso, hemos elaborado una tarta con textura de puding pero a la vista tiene esponjosidad de bizcocho.
Los ingredientes son:
2 vasos de leche 1 vaso de azúcar 3 manzanas azúcar vainillada
2 vaso de harina 4 huevos 1 sobre levadura almíbar -azúcar y agua-
NOTA: la medida de los vasos es de 125 ml
Untamos un molde de mantequilla y pan rallado para que no se pegue la tarta. Cortamos dos manzanas en láminas y las dejamos reservar en agua con un poco de limón para que no se oxiden. Mientras, en la batidora, incorporamos poco a poco la harina, la leche, el azúcar, los huevos y una manzana troceada. Batimos hasta que quede una mezcla homogénea y semi-líquida.
Ponemos a cocer en horno a 150ºC unos 50 minutos -vamos regulando la temperatura y el tiempo-. Pasados unos 30 minutos, le colocamos encima láminas de manzana y el almíbar. Dejamos que siga horneando. Cuando esté tostadita la manzana, dejamos enfriar un poco la tarta y le damos la vuelta; entonces, volvemos a colocarle más láminas de manzanas y el azúcar vainillado. Volvemos a hornear a la misma temperatura pero menos tiempo; unos 15 minutos, hasta que la manzana y el azúcar se fusionen y quede una capa dorada.
Bon Dicendum!
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